La reina Lupita
por Luciano Doti
Los
pibes del lugar habían oído que a esa chica, que iba ahí algunos fines
de semana, le decían “Lupita”. Además, se habían tomado la molestia de
averiguar que no se llamaba Guadalupe. De allí que naciera en ellos la
inquietud de querer saber por qué la apodaban así. Como en pago chico el
infierno es grande, por rumores supieron que tenía que ver con una
antigua reina llamada Lupa. Eso los llevó a guglearla, y entonces
conocieron su leyenda y el significado de ese nombre que en latín quiere
decir “loba”.
A
partir de ese momento, comenzó a gestarse una nueva leyenda, la de
Lupita. Esa nueva leyenda venía con diferentes versiones según quién
fuera el narrador. En una de ellas, Lupita era una lobisona que en las
noches de luna llena erraba por el bosque lindero a su casa, matando y
devorando a sus víctimas. Ésa era la que más gustaba a los pibes.
Una
noche de plenilunio, en que Lupita había llegado a pasar el fin de
semana con unos amigos de la ciudad, los pibes se acercaron a la casa
del bosque esperando ver algo. Lo que vieron no fue lo que habían
imaginado, pero era incluso más gratificante: Lupita participaba de un
bacanal junto a sus amigos bajo la luz de la luna; montada sobre uno de
ellos, se movía y aullaba como una loba en celo. Los pibes recordaron lo
que habían leído sobre la palabra “lupa”: que de ella también deriva
“lupanar”.
Etiquetas: cuento, doti, erótico, microrrelato
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