lunes, agosto 19, 2013

Sueños sangrientos

por Luciano Doti

Nunca busqué ser lo que soy, sólo sé que ocurrió. Yo era una persona normal. O más o menos normal. Qué sé yo, con las particularidades que puede tener cualquiera; entonces sucedió la transformación. Es increíble como en un segundo puede cambiar tu vida. En un momento eres esto y en el instante inmediatamente posterior eres esto otro. Así de drástico es el asunto. Quedas sentenciado sin derecho a apelación alguna. No voy a negar que tengo noches en las que me regocijo con mi actividad actual; sentirme poderoso es algo, ¡vaya si es algo!; más de uno al leer esto debe estar envidiándome. Pero hay otras noches en las que extraño la normalidad de un sueño común y corriente, sin tener este karma que me acompañará siempre, hasta el fin.
Volvía de la universidad, era invierno, hacía frío. Yo iba caminando rápido, a paso acelerado y con grandes zancadas; mis manos en los bolsillos de la abrigada campera que llevaba puesta para la ocasión; la calle desierta, sólo algunos aislados transeúntes alteraban de vez en cuando la monotonía del lugar. Me quedé de pie en la parada del colectivo, y mientras lo aguardaba, oí pasos. Era una mujer sin edad, con tacos y tapado negro hasta el piso. Me sorprendió no haberla visto antes, cuando oí sus pasos ya la tenía casi al lado mío; el instante en el que cambiaría todo se acercaba. Permaneció ahí cerca con una actitud expectante; lanzó hacia mí una mirada desafiante, y entonces me acerqué. Debo admitir que eso sí lo decidí yo, decidí acercarme, no lo otro; lo que sucedió después no pude evitarlo. Fue tan repentino que no tuve opción; en un momento estaba esperando el colectivo que me llevaría de regreso a casa, y un instante después, me hallaba hablando con esa mujer que apareció de la nada.
-¿Querés jugar? -me dijo ella.
-Sí, ¿por qué no? -le respondí.
-Entonces, bienvenido a mi juego -dijo antes de morderme.
Sí, antes de morderme; de repente la enigmática mujer tenía colmillos. Unos filosos colmillos que se clavaron en mi cuello. Sentí los pinchazos. Al principio dolió, luego el dolor me abandonó y me sentí atraído hacia ella. Eso hizo ella, me atrajo hacia sí, se realizó un corte cerca de su cuello y me obligó a beber de su sangre. Había entrado a su juego, así fue como en un segundo cambió mi vida. Ella desapareció para perderse en la espesura de la noche; no vi hacia dónde se fue y no tuve mucho tiempo para averiguarlo, dado que inmediatamente llegó el colectivo y lo abordé como estaba previsto. Otra hubiera sido la historia si el colectivo llegaba antes, pero no, tardó lo que tenía que tardar y yo me transformé en lo que soy ahora.

Esta es la primera página de la nouvelle "Sueños Sangrientos" (53 pag.), si quieres leerla completa haz click AQUÍ

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1 Comments:

Blogger Patricia Nasello said...

Sí que promete esta página, Luciano. Tan bien armada está que aún siendo el comienzo de una novela, vale por sí sola. Vale por cuento. Lo que es una extraña, maravillosa, peculiaridad dado el caso.
Enhorabuena!

2:11 p.m.  

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