viernes, enero 16, 2015

Soñador

por Luciano Doti

Cuando dejó el retrato sobre la mesa, aún no lo podía creer. Ese hombre, que se le aparecía en sueños a tanta gente, era el protagonista de muchas de sus pesadillas. 
La psiquiatra le informó que estaba en estudio el porqué de tal cosa, aunque a decir verdad, la comunidad científica no tenía nada que aportar, hasta ahí los estudios habían sido infructuosos. Le quedaba el esoterismo como fuente del saber; pero a la facultativa no le diría nada, si no le lanzaría una perorata sobre lo que ella consideraba delirios místicos. 
Ahora sabía que él era uno más de un grupo de soñadores que soñaban con un hombre moreno de cejas pobladas, portador de un mensaje que iba revelando a cuentagotas. Pero no sería uno más a la hora de averiguar quién era y de dónde provenía. Estaba cerca de poder leer el Ars Vivendi, libro que incluía buena parte de las artes oscuras del renacimiento tardío y que había llegado a sus manos por lo que él consideraba “causalidades del destino”. Para poder leerlo necesitaba conocer el orden en que cada página tenía que ser leída; de lo contrario, si lo leyera de corrido, el libro ardería en llamas, ya que algunas de ellas estaban impregnadas con pólvora por una técnica de sellado utilizada en la época renacentista. 
En una de las noches siguientes, volvió a soñar con el misterioso hombre, y fue objeto de un fenómeno de clariaudiencia. Oyó una serie de números que, ni bien despertó, anotó en una libreta; era el orden en que debían abrirse las páginas del libro. 
Abrió la primera página sugerida y pudo leerla sin problemas; sin embargo, aún era poco y nada lo revelado. Con la segunda, el libro comenzó a arder.

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1 Comments:

Blogger El Demiurgo de Hurlingham said...

Parece que le tendió una trampa, que era el mismo hombre misterioso que acechaba.

8:44 p.m.  

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