Soñador
por Luciano Doti
Cuando dejó el retrato sobre la mesa, aún no lo podía creer. Ese hombre,
que se le aparecía en sueños a tanta gente, era el protagonista de
muchas de sus pesadillas.
La psiquiatra le informó que estaba en estudio
el porqué de tal cosa, aunque a decir verdad, la comunidad científica
no tenía nada que aportar, hasta ahí los estudios habían sido
infructuosos. Le quedaba el esoterismo como fuente del saber; pero a la
facultativa no le diría nada, si no le lanzaría una perorata sobre lo
que ella consideraba delirios místicos.
Ahora sabía que él era uno más
de un grupo de soñadores que soñaban con un hombre moreno de cejas
pobladas, portador de un mensaje que iba revelando a cuentagotas. Pero
no sería uno más a la hora de averiguar quién era y de dónde provenía.
Estaba cerca de poder leer el Ars Vivendi, libro que incluía buena parte
de las artes oscuras del renacimiento tardío y que había llegado a sus
manos por lo que él consideraba “causalidades del destino”. Para poder
leerlo necesitaba conocer el orden en que cada página tenía que ser
leída; de lo contrario, si lo leyera de corrido, el libro ardería en
llamas, ya que algunas de ellas estaban impregnadas con pólvora por una
técnica de sellado utilizada en la época renacentista.
En una de las
noches siguientes, volvió a soñar con el misterioso hombre, y fue objeto
de un fenómeno de clariaudiencia. Oyó una serie de números que, ni bien
despertó, anotó en una libreta; era el orden en que debían abrirse las
páginas del libro.
Abrió la primera página sugerida y pudo leerla sin
problemas; sin embargo, aún era poco y nada lo revelado. Con la segunda,
el libro comenzó a arder.
1 Comments:
Parece que le tendió una trampa, que era el mismo hombre misterioso que acechaba.
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